Tras la caída de Troya, Eneas, a través de innumerables dificultades y riesgos, lleva adelante su misión providencial: la fundación de Roma. Los dioses hostiles a los troyanos continúan haciendo objeto de persecución implacable a los supervivientes del desastre.
En el siglo XVII, Henry Purcell compuso una de las primeras óperas de la historia: Dido y Eneas, que recoge el episodio de la Eneida protagonizado por Dido, reina de Cartago, y Eneas.
Un fragmento de la ópera Dido y Eneas de Purcell
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